lunes, 13 de enero de 2014

DIY: La segunda vida de una silla

Una tarde volviendo a casa vi que en la esquina de mi calle habían dejado una montaña de muebles viejos abandonados, creo que habían deshecho una casa entera. Curioseé un poco y me llamaron la atención una silla y un escritorio. Miré el montón con reticencia la verdad, porque nunca había recogido muebles de la calle (¡las cosas del suelo no se cogen!) y aunque parecía que todo estaba en buen estado la idea de llevarme algo no me convencía. En lo que tardé en pensármelo me quitaron el escritorio chulísimo de los años 70 y eso hizo que me decidiera. No hay nada como que el de al lado quiera lo mismo que tú... ¿No os ha pasado en una tienda?

El caso es que esta silla me gustó desde el principio porque se parecía un poco a las Thonet pero en pequeñita. Sí, no os vais a librar, habrá una entrada de sillas Thonet. Confieso que la revisé esperanzada  por si acaso tenía el famoso sellito, pero sin fortuna.


La limpié con alcohol tal y como me explicó mi abuela que fue restauradora de muebles y el resultado fue éste. Como podéis ver, estaba asquerosa y mejoró bastante.


Tenía un agujero en el asiento, parecía una quemadura. Me hizo gracia y de hecho es muy útil para el uso que tiene. Aquí os enseño el resultado. 



Tenía muy poco espacio entre la cama y la pared y me pareció que la silla haría perfectamente la función de mesilla. El cable de la lámpara va por el agujero de la quemadura y así se evita que esté por ahí danzando. ¡Estoy encantada con mi Me-Silla!

Las fotos son mías, por eso son reguleras.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta. ¡Qué posibilidades! El otro día, alguien se decidió ante que yo por una camarera, de madera, preciosa.

Isabel Rodríguez de Pablos dijo...

¡Gracias!, cuando se trata de recoger muebles de la calle hay que ser muy rápido. Hay un auténtico mercado negro de muebles de este tipo.

lasideasderodi dijo...

Hola. Ha quedado preciosa. La verdad es que a veces se ven unas cosas tan reutilizables y que pierden todo valor para sus dueños y acaban en el contenedor o en la mafia de la ruta de los anticuarios...esto lo viví en una mudanza de unos familiares, dos comerciantes trapicheando por un sofá, al final lo arreglaron con pesetas de por medio. En otro blog acababa de ver seis sillas del mismo tipo que la autora ha recuperado y pintado de colores distintos para su comedor, "casualidades blogeras". Un saludo.

RODY

Isabel Rodríguez de Pablos dijo...

Gracias Rodi! la verdad es que hay muchas cosas reutilizables y si encima te gustan las manualidades puedes darles un toque personal y tener muebles muy "tuyos". ¡Hay que estar atentos! ¡Gracias por tu comentario!.